Primera intervención norteamericana


Primera intervención norteamericana






A principios de 1916 Los llados y ingenio quisqueya era controlado por los gavilleros, Vicente

Evangelista.


enero de 1916 el ingenio Consuelo es ocupado por los gavilleros.

El 10 de enero de 1916 El Consuelo fue tomado por asalto por los marines y Chachá decidió retirarse en dirección a la cordillera Oriental, después de presentar tenue resistencia. Se detuvo unos días en los alrededores de Hato Mayor, ya que el avance de los invasores se había tornado más lento al dejar atrás el límite septentrional de la red ferroviaria de los ingenios.


24 de febrero de 1916 la plantación de lo que sería la Central Romana.Se esconden en la llanura cercana a Hato Mayor.



18 de abril de 1916 los terrenos del ingenio Porvenir se habían producido robos de caballos, cortes de líneas telefónicas y obstaculización del tráfico de los trenes.


28 de abril de 1916 Detrás de ella siguieron haciendo aparición sucesivas partidas de insurrectos; por ejemplo, en La Loma, un jefe únicamente conocido como Jerónimo, que operaba desde antes de la intervención

16 de mayo de 1916 Vicentico andaba en Guaniábano (al noroeste de Higüey) «con más de cien hombres bien armados» y que de allí salió hacia El Rancho y Hato de Mana;

19 de mayo Vicentico al extremo opuesto de la vasta comarca, ubicándose en Loma del Puerto, cerca de Bayaguana, a más de cien kilómetros del anterior lugar en que se le había detectado.

Liborio estableció su base en La Isleta, situado cerca del río Yaque del Sur, donde

termina la llanura del valle de San Juan.


Los gavilleros: En mayo atacaron el ingenio de San Isidro: ‘‘... del 25 al 26 de mayo en la colonia Cayacoa. Fueron a la Sabana de Cayacoa hay dos grupos fuertes: el de

Emilio Guerrero y Juanito Gutiérrez.’


El número de marines en República Dominicana continuó aumentando. El 23 de mayo, el USS Panther llegó a la ciudad de Santo Domingo con el coronel Theodore P. Kane a bordo, junto con el cuartel general del 2.º Regimiento y tres compañías de infantería más. Al desembarcar con sus tropas, el coronel Kane asumió el mando de todos los marines en tierra en República Dominicana. Marines llegan a Yamasa


Azua no fue invadida, sino por varios días después.


 
El plan que Pendleton y su equipo idearon para capturar Santiago y pacificar el gran valle interior, o Cibao, preveía que dos columnas de infantes de marina convergieran simultáneamente en el bastión rebelde. Una columna, compuesta por el 4.º Regimiento con artillería, marcharía por carretera desde Monte Cristi. La segunda, compuesta por las 4.ª y 9.ª Compañías y los destacamentos de infantería de marina de los acorazados Rhode Island y New Jersey, seguiría una vía férrea tierra adentro desde Puerto Plata. (*) Las dos fuerzas se encontrarían en Navarrete, desde donde procederían juntas a Santiago para el ataque final. Durante su marcha por carretera, la columna de Monte Cristi, la mayor de las dos y la que tenía que recorrer la mayor distancia para llegar al punto de encuentro de Navarrete, dejaría de abastecerse desde su base aproximadamente a la mitad de su ruta y operaría como lo que el coronel Pendleton llamó una "columna volante". La columna más pequeña, procedente de Puerto Plata, aseguraría y reabriría el ferrocarril que conectaba Santiago con la costa, estableciendo así una línea de abastecimiento para la fuerza combinada durante el ataque y la ocupación de la ciudad.

el 1 de junio, las unidades de la Infantería de Marina desplegadas frente a Puerto Plata y Monte Cristi desembarcaron al amparo de los cañones de los buques para asegurar esos puertos estratégicos. Ocuparon Monte Cristi sin encontrar resistencia.

Batalla de Puerto Plata





El 1 de junio, 133 marines de Nueva Jersey y Rhode Island aterrizaron cerca de Puerto Plata, República Dominicana, para asaltar el Fuerte San Felipe, en manos de 500 rebeldes. El plan inicial era un ataque sorpresa al amanecer, pero el mayor Charles Hatch informó que los rebeldes fueron advertidos y ciudadanos estadounidenses evacuados antes del asalto. Los rebeldes, fortificados en el fuerte y los edificios cercanos, prometieron resistir el aterrizaje.[ 1]

A medida que los marines se acercaban, se enfrentaron a un fuerte fuego de francotiradores desde el malecón. Con las bajas ya en aumento, el cañonero Sacramento abrió fuego con su pequeño cañón, lo que ayudó a reprimir el fuego enemigo. Sin embargo, los marines se encontraron con más problemas cuando su lanzamiento de vapor encalló cerca de la orilla, obligándolos a vadear a través del oleaje bajo fuego. A pesar de ello, llegaron a la playa y irrumpieron en el fuerte, llevándolo en punta de bayoneta.

Los rebeldes se retiraron por la ciudad, manteniendo el fuego de nuevo acosando a los marines. La lancha cañonera proporcionó apoyo de artillería mientras los marines avanzaban cuesta arriba, obligando finalmente a los rebeldes a abandonar su posición en un hospital, que había sido fortificado. La batalla se saldó con varias bajas, pero logró asegurar el fuerte y los alrededores.


3 de junio de 1916 Gregorio Severino, se proclamó en estado de rebelión en defensa de la patria en Bayaguana, El epicentro de estas respuestas inéditas se situó en la Sabana de Guabatico, alrededor de Los Llanos, en las que se volvió a distinguir el caudillo Emilio Guerrero,


6 de junio de 1916 Desde mayo se agudizaron los ataques a las instalaciones del central San Isidro, al reactivarse partidas que operaban al sur de Los Llanos. Días después de iniciada la intervención, los «gavilleros» cortaron las líneas telefónicas entre el batey central y la colonia Cayacoa, como paso previo para la ocupación del batey de dicha colonia.

9 de junio Entre nuestras colonias Cayacoa y Brujuela […] fue atacado uno de nuestros trenes de caña e intimado a parar por un grupo que bajaba de 200 hombres.

La batalla de Trincheras


Se libró el 27 de junio de 1916, entre milicias dominicanas y Estados Unidos. Marines durante la ocupación de la República Dominicana por los Estados Unidos.


La batalla ocurrió en Las Trencheras, dos crestas, que habían sido fortificadas por los dominicanos y que durante mucho tiempo se creían invulnerables, desde que un ejército español había sido derrotado allí en 1864. Allí las tropas dominicanas habían cavado trincheras en dos colinas, una detrás de la otra, bloqueando la carretera a Santiago. Las pistolas de campo de la 13a Compañía del Capitán Chandler Campbell, junto con un pelotón de ametralladoras, tomaron posición en una colina comandando las trincheras enemigas y abrieron fuego a las 08:00 horas. Bajo la cobertura de este fuego, los marines lanzaron una carga de bayoneta en la primera línea de defensa de los defensores, cubierta hasta el último momento posible por el bombardeo de artillería. Los marines fueron sometidos a un intenso pero inexacto incendio de fusiles, que causó algunas víctimas. Las tropas dominicanas se vieron obligadas a retirarse a sus trincheras en la segunda colina. Allí se reunieron brevemente, luego se rompieron y tuvieron que retirarse de nuevo mientras las armas de campo estadounidenses reanudaban sus bombardeos de la colina. A los 45 minutos de los primeros tiros de artillería, los marines habían obligado a los dominicanos a retroceder

Los marines usaron artillería de campo para bombardear las trincheras, ametralladoras colocadas detrás de las tropas para reprimir el fuego de rifle de los rebeldes, y luego se apresuran rápidamente a expulsar a los rebeldes de las trincheras. Los marines sufrieron cinco muertos. No encontraron muertos ni armas en las trincheras, pero más tarde descubrieron cinco cuerpos rebeldes en el bosque cercano.


Durante los días siguientes, del 28 de junio al 2 de julio, la columna de Pendleton avanzó hacia Santiago, cortando su línea de suministro a Monte Cristi el 30 de junio, como se había planeado originalmente. Aparte del fuego de francotiradores y un par de ataques nocturnos ineficaces contra los puestos avanzados de los marines, el enemigo no ofreció resistencia. El paisaje accidentado y cubierto de maleza, los caminos en mal estado y la necesidad de detenerse y reconstruir los puentes destruidos frenaron tanto o más que los insurgentes el avance de Pendleton. Con gran esfuerzo, los vehículos del indispensable tren de suministros lograron seguir el ritmo de la columna, aunque los camiones más pesados ​​consumían combustible a un ritmo estimado de un galón por milla. El forraje y el agua escaseaban, y Pendleton a menudo tenía que enviar grupos lejos de la columna principal para buscarlos.


Batalla de la Barranquita o de las Guayacanas


La batalla de Guayacanas se libró el 3 de julio de 1916 entre los rebeldes dominicanos y los Estados Unidos durante la ocupación estadounidense de la República Dominicana. Los dominicanos cavaron trincheras en dos colinas que bloqueaban el paso a Santiago y mantuvieron el fuego single-shot contra las armas automáticas de los estadounidenses antes de que los estadounidenses los expulsaran.

Los estadounidenses marcharon sobre la ciudad de Santiago, semillero de la resistencia. Sin embargo, la unidad del coronel Pendelton fue atacada por soldados dominicanos y comenzó la batalla. Sin embargo, los estadounidenses que avanzaban a las posiciones dominicanas no registraron lesiones durante la acción inicial. Para ayudar a los marines estadounidenses bajo fuego, Cpl. Glowin disparó su ametralladora y solo fue sacado de la batalla cuando se vio obligado a hacerlo, una acción valiente que lo condecoró con el premio militar más grande de los EE. UU. (Medalla de Honor). Después de su evacuación, el sargento Roswell Winans subió a más posiciones de ametralladoras para luchar contra el enemigo. Esto les dio a los dominicanos más objetivos a los que disparar. El capitán a cargo de la fosa murió y los demás resultaron heridos. Winans también recibió un premio por disparar una ametralladora Colt al enemigo incluso cuando estaba atascado. Pronto, se formaron dos posiciones de armas más y los dominicanos huyeron. Las divisiones 27 y 29 dieron persecución y mataron al comandante enemigo, derrotando a los rebeldes dominicanos.

11 de julio el general Raúl García Rivas, entonces residente en La Romana. García, por lo visto, intentó sublevar el Este, con el fin de respaldar a Desiderio Arias y sus subordinados de Puerto Plata y la Línea Noroeste. Formó una tropa de casi cincuenta.

14 de julio de 1916 Hato Mayor es limpiado de gavilleros.

 

Llanos pérez



En julio apareció de nuevo Emilio Guerrero merodeando en Los Llanos con un grupo de 5 ó 6 hombres.

Al día siguiente, sin encontrar mayor resistencia, la columna del coronel Pendleton llegó a su destino provisional, Navarrete. Mientras las tropas de Pendleton avanzaban desde Monte Cristi, la columna de Puerto Plata, inicialmente comandada por el capitán Fortson, marchó a lo largo del ferrocarril reparando puentes, vías y la plataforma. Muchos de los hombres viajaban en un tren militar improvisado compuesto por cuatro vagones de carga y una locomotora que parecía estar sujeta con alambre de embalar. En un vagón de plataforma que avanzaba empujando delante de la locomotora, habían montado un cañón de 3 pulgadas. Tras una escaramuza en Lianos Pérez, donde los proyectiles del cañón dispersaron a los insurgentes, la columna se detuvo el 28 de junio en Lajas, justo al sur de Puerto Plata. Allí, Fortson fue reemplazado en el mando por el mayor Hiram Bearss, conocido por sus camaradas como "Hiram el que los lleva" debido a su preferencia por las marchas largas.

Altamira




Al reanudar su marcha, el 29 de junio, los marines de Bearss se encontraron con una fuerza de unos 200 rebeldes atrincherados a lo largo de la vía férrea en Alta Mira. Bearss envió a la 4.ª Compañía por un sendero de montaña para rodear el flanco derecho de los defensores, mientras que el resto de su fuerza, apoyada por el tren, avanzaba por la vía férrea. Mediante una combinación de ataques frontales y de flanco, los marines obligaron a los insurgentes a retroceder a una segunda posición que cubría un túnel. De nuevo, los ataques frontales y de flanco desalojaron al enemigo mientras Bearss, con 60 hombres, cargaba a través del túnel de 300 yardas de largo para evitar que los rebeldes dañaran o destruyeran este enlace crucial de la vía férrea. Cuando Bearss y su grupo salieron del túnel, vieron a los rebeldes en plena retirada hacia Santiago. En este combate, que duró aproximadamente media hora, los marines resultaron heridos dos hombres, entre ellos el subteniente Douglas B. Roben, quien fue condecorado por sus acciones ejemplares durante las maniobras de flanqueo de la 4.ª Compañía. Los insurgentes sufrieron aproximadamente 50 bajas. Tras realizar extensas reparaciones adicionales a la plataforma de la carretera y construir un puente, la columna ferroviaria, que no encontró mayor resistencia enemiga, se unió a la fuerza principal en Navarette el 4 de julio.


l 6 de julio, la columna de Pendleton entró en Santiago, lo que marcó el fin de la resistencia organizada a gran escala contra las fuerzas estadounidenses. El coronel Pendleton estableció de inmediato el cuartel general del 4.º Regimiento en Santiago y abrió comunicaciones con los marines al sur, en la ciudad de Santo Domingo.

 

Villa Duarte




Gavilleros merodeaban por Brujuelas, Guerra, a mediados de septiembre.274 Se informó de gavilleros en Mendoza, donde desarmaron a varias personas, y en Villa Duarte.276 En octubre se reportaron gavilleros en Guerra,277 Villa Mella, Mendoza y la Playa del Ozama.La acción de los gavilleros en Villa Mella es muy parecida a las reportadas en las otras localidades:


16 de septiembre Este grupo posiblemente era el que pertenecía al general Chucho García que estaba en el monte. Unos 80 hombres pertenecientes a este grupo entregaron armas. Una parte de los alzados hizo rumbo a Baní, y al llegar a Yaguate En octubre, se reportaron ataques de gavilleros a la población de Baní.291 El desbande de las tropas del gobierno y la

formación de grupos también se había sentido en los alrededores de Cotuí.



En octubre, la situación militar mostró nuevos signos de deterioro, reflejados en un creciente número de enfrentamientos violentos entre infantes de marina y dominicanos en la capital y sus alrededores. El más grave de estos encuentros ocurrió en Villa Duarte el 24 de octubre. Ese día, un destacamento de infantes de marina intentó capturar a un conocido bandido llamado Ramón Batista, quien se apoderó de un fusil y se resistió al arresto. Otros dominicanos armados acudieron en su ayuda, y se produjo un confuso tiroteo en el que murieron dos infantes de marina, el capitán William Low y el sargento Frank Atwood, junto con Batista y tres dominicanos.



En las gráficas por regiones observamos de nuevo los dos momentos en el Este: abril y septiembre. En el Sur y la frontera son tres momentos en 1915: abril-mayo, julio-agosto, y octubre-noviembre. En el Cibao se verifican muy poca incursiones de grupos gavilleros, en dos momentos en 1915 y uno en 1916.

En el mapa 4 notamos poca actividad en el Sur, entre San Juan y Neiba, en Baní y San Cristóbal; en la Línea Noroeste en los alrededores de Dajabón.

Batalla de San Francisco de Macoris





19 de noviembre de 1916


Juan Pérez, el gobernador provisional, y una banda de seguidores habían ocupado un fuerte local y se negaron a deponer las armas. Esto fue una violación directa de las directivas que fueron promulgadas por el gobierno militar instalado por Estados Unidos.

En la ciudad, a unas 30 millas al sureste de Santiago, era una compañía del 4o Regimiento de Infantería de Marina: el 31. Habían permitido que unos cientos de simpatizantes de Arias se barricaran en la fortaleza. Durante este tiempo los marines estaban siendo francotirados desde el interior de la fortaleza y las relaciones con los civiles en la ciudad se estaban deteriorando debido a la indecisión del comandante de la Marina. Finalmente la Compañía 31 sería reforzada por la 47a Compañía y el Teniente Ernest C. Williams, se haría cargo del mando. Decidió expulsar por la fuerza a los dominicanos de su bastión después de que se negaran a evacuar sus posiciones dentro de la fortaleza.

Durante la noche del 29 de noviembre el teniente Williams junto con doce marines se deslizaron lo más cerca posible de la entrada del fuerte sin despertar suspicacias. En una señal del teniente Williams, los marines hicieron un guión para la puerta abierta. Los dominicanos, tomados por sorpresa, no pudieron cerrar la puerta. Los rebeldes pudieron soltar con un fusilado del fuerte que cortó a ocho de los marines en su apuro por la puerta. Williams y los cuatro hombres restantes se abalanzaron a través de la entrada, disparando sus armas mientras irrumpían en el fuerte. Después de un feroz tiroteo de diez minutos, el fuerte fue asegurado, y la pelea había terminado. Durante la batalla unos doscientos seguidores de Pérez lograron escapar del fuerte, pero otros cien se vieron obligados a rendirse dentro de la fortaleza. Ocho de los doce marines estadounidenses resultaron heridos durante la batalla


Este compromiso fue la última resistencia organizada que el 4o Regimiento de Infantería de Marina encontró en la República Dominicana, aunque las acciones de patrulla menor siguieron ocurriendo durante algún tiempo.[



Otros enfrentamientos dispersos contribuyeron a las bajas de los marines. Entre ellos se encontraba el capitán John A. Hughes, apodado "Johnny el Duro" por sus tropas, que lo consideraban un "cliente rudo", quien sufrió una grave herida en la pierna durante una patrulla cerca de San Francisco de Macorís el 4 de diciembre. (42) Sin embargo, a finales de año, la mayoría de los observadores estadounidenses creían que el país se estaba tranquilizando.

En la región de Santiago, incluso los partidarios de Arias hicieron un llamado público a la paz y la cooperación con el gobierno militar.


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en enero de 1917 enviaron una expedición de la Infantería de Marina a San Juan, contra los liboristas, pero no dio resultado.

Hato Mayor se convirtió en uno de los escenarios de la lucha de los Patriotas Revolucionarios Patriotas Revolucionarios ‘‘Gavilleros’’. Esta comunidad fue ocupada por las tropas interventoras el 12 de enero de 1917 y, como consecuencia de la presencia de los Patriotas Revolucionarios ‘‘Gavilleros’’, las tropas de ocupación se enseñaron contra la común y los lugares vecinos, incluyendo a Sabana de la Mar, cometiendo toda clase de atropellos, incendios, matanzas indiscriminadas, ahorcamientos, fusilamientos, apresamiento y torturas de todo tipo, así como realizando la llamada Reconcentración de la población.


Se produjo una suerte de insurrección en los campos adyacentes a San Juan, a mediados de marzo de 1917 y logran derrotar a los gringos.

19 de marzo de 1917 los estadounidenses combaten en Hato Mayor, el cerrito.

Los marines lograron un éxito temprano contra Vic

entico Evangelista. Vicentico atacó una patrulla de marines en El Cerrito el 19 de marzo de 1917, pero fue repelido contundentemente. Se comprometió públicamente a matar a todos los norteamericanos que cayeran en sus manos, e incluso ejecutó a machetazos a dos ingenieros civiles capturados. Contra este feroz partisano, los regimientos 3.º y 4.º lanzaron numerosas patrullas. El Gobierno Militar también contrató a uno de los rivales de Vicentico entre los bandidos, Fidel Ferrer, quien conocía el terreno y al enemigo, para liderar su banda contra Vicentico. Lo más importante es que los marines incorporaron a un agente civil, Antonio Draiby, quien también era un forajido a tiempo parcial, a la banda de Vicentico. Finalmente, Draiby organizó una reunión con Vicentico para él y el Sargento Primero de Infantería de Marina William West, quien valientemente acompañó a Draiby desarmado a la fortaleza del bandido. Mediante una combinación de persuasión y engaño, West y Draiby persuadieron a Vicentico para que sacara a sus hombres de las colinas y se rindiera. Vicentico lo hizo el 5 de julio de 1917, poniendo fin a una grave amenaza para el orden público en el este de Santo Domingo. Los infantes de marina desarmaron y liberaron a la mayoría de los casi 200 hombres de Vicentico, muchos de los cuales se habían unido a las filas de los bandidos. Detuvieron al líder y a 48 de sus principales matones para juzgarlos por cargos que incluían 11 asesinatos y decenas de violaciones, pero Vicentico fue asesinado mientras intentaba escapar antes de ser juzgado.

9 de abril El 3 de abril llegaron a Azua 66 hombres de Santo Domingo y se dirigieron de inmediato a San Juan. Después de reconocer la ciudad, el día 6 se dirigieron a La Isleta, el lugar que había servido de campamento a los «fanáticos» hasta contados días antes. Al otro día, los marines pasaron por Las Corcidellas, camino de Las Cañitas, donde se encontraba la tropa del «Dios», dispuesta a resistir en un punto bien defendido. Ahí se trabó un encuentro en que, tras perecer varios liboristas y quedar heridos algunos estadounidenses, los primeros simplemente se internaron en lugares más abruptos y los segundos optaron por retornar a San Juan. Una vez desalojado de La Isleta, Olivorio Mateo se aprovechó de un momento de vacío de autoridad en la zona. Adoptó la táctica de encubrir el proselitismo religioso, lo que le permitió seguir operando en lugares bastante próximos a las zonas pobladas del valle de San Juan.


19 de abril de 1917 incursiones en el centro de Hato Mayor y en las proximidades de El Seibo. Higüey fue tomada por una de las partidas, bajo el comando conjunto de Basilio Santana Silvestre y Ramón Natera, compuesta de más de cincuenta combatientes, veintisiete de los cuales fueron identificados; algunos de ellos jugarían posteriormente un papel destacado.

21 de mayo en Vicentillo, comandada por Natera con veintiún acompañantes, ocasión en que apresó al alcalde de San Francisco

23 de mayo el jefe rebelde marchaba hacia Chavón o Maguá. Al día siguiente Tolete, al frente de su cuadrilla, secuestró a Luciano Reyes, alcalde de Las Pajas

24 de mayo Evangelista tomaba Magarín, donde su alcalde fue golpeado.

28 de mayo Vicentico continuó un recorrido hasta Machado con unos cuarenta jinetes y más de cien infantes.

Finales de mayo vuelve a su base en las montañas del norte del Seibo

Vicente llevaba tiempo en las montañas del Seibo.Con una escolta de 50 de sus hombres Acorde a su palabra dada, el 6 de julio de 1917, el guerrillero Vicente Evangelista se presenta antes la Gobernación de San Pedro de Macorís acompañado de su padre, su cuñado y unos cuarenta de sus seguidores.

23 de enero de 1918 Después de haberse hecho ilocalizable, optó por establecerse, de manera continua, en un sitio denominado Monte Colorado, un puerto a unos 25 kilómetros al sur de Sabaneta y no demasiado lejano de Bánica y poblados minúsculos al norte de Las Matas de Farfán.


el día 3 de Febrero de 1918 los gavilleros en

El Jaguar, jurisdicción de Ramón Santana, done se curó en unos meses, reorganizándose de nuevo, operando fuertemente en el Jaguar sus alrededores.


Fines de febrero de 1918 un destacamento de la Novena Compañía de la GND, compuesto por diez soldados y algunos oficiales y suboficiales, sorprendió a la banda dirigida por Nicolás Cuevas (Colén), en Sabana Mula, cerca de Las Matas. El enfrentamiento duró unos 25 minutos, y en el mismo la banda quedó dispersa tras quedar muerto Colén.

28 de febrero De acuerdo a los documentos de los marines, después de haber permanecido durante un tiempo en el lugar conocido como Bartolo, el conglomerado fugitivo se orientó entonces, en forma permanente, hacia emplazamientos remotos a lo largo del parteaguas de la Cordillera Central, desde Bánica hasta Constanza y Jarabacoa. Al norte de San Juan, aunque tuvo una línea de movimiento que se extendía desde la montaña Sillón de la Viuda hasta más allá de las proximidades de Constanza y loma La Pelona (hoy pico Duarte).


Marzo de 1918 Martín Peguero, se hace con el control sobre el amplio territorio que iba desde las montañas al norte de El Seibo hasta las llanuras de Bayaguana y que tenía por epicentro las colinas cercanas a Hato Mayor. Colindaba por ello con otros jefes importantes, sobre todo Natera al sur, Cabo Gil al este, Mayito Reyes al oeste y Tolete al suroeste. Los cantones más seguros se encontraban en la porción de la cordillera al norte de Hato Mayor, incluyendo zonas más profundas de montañas, como los alrededores de Pedro Sánchez. Por temporadas sus tropas bajaban a Los Ranchos, en la llanura, cerca de Guayabo Dulce, donde se ubicaba el cantón, señal de que había establecido relaciones fluidas con los lugareños.

Los líderes guerrilleros Ramón Natera, Ramón Batía, Tomas Mota y Juan Pablo se unieron en el mes de Agosto de 1918, con 150 hombres cerca del poblado de Vicentillo en la región Central.

Ocurrió el ataque a Los Llanos en 1919, comandado por Bulilo.



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El guerrillero, que estaba sublevado en las montañas de la provincia de El Seibo, era un tenaz opositor a la presencia de los marines en suelos dominicanos.


El capitán Merkel, oficial de los ejércitos yanquis, salió una madrugada con destino a la zona Este, a la cabeza de 50 soldados, con el deliberado propósito de capturar, vivo o muerto, a Evangelista.


La cuadrilla atravesó campos peligrosos cuando iban de uno en fila, con los fusiles en balance. Podrían llover balas mortales a una vuelta del camino. Varios metros separaban a un soldado gringo del otro.


Vestían uniforme de kaki e iban tocados con sombreros de fieltro, de esos que han hecho populares a los boys scouts. A la espalda llevaban un verdadero cargamento: frisa para cubrirse, botellita metálica para agua, zapatos gruesos y forrados y las piernas defendidas por polaina de cuero.


Todas las incursiones de los oficiales norteamericanos en los campos de El Seibo buscando a Evangelista resultaron infructuosas. Cuando creían que por fin habían dado con el enemigo y que lo iban a exterminar en pocas horas de combate, los militares se encontraban con que la zona estaba sola; ni huellas de que por allí hubiera pasado gente.


Los vecinos jamás veían nada, jamás oian nada, jamás sabían nada. Las amenazas eran vanas; ellos presentían en que los campesinos todo lo ignoraban. Con frecuencia los solados cometían atropellos y asesinatos atroces.


En el lugar denominado La Ceja, sección Magarín, fue acribillado a balazos, en presencia de sus hijos, la esposa de Pedro Cedeño, por el mismo comandante Merkel, porque la infausta dama sostenía ¨no haber visto pasar a las fuerzas de Vicente Evangelista¨.


Cansados los americanos de perseguir infructuosamente a Vicente, fracasados todos los planes y programas que pusieron en juego para destruir al guerrillero, le ofrecieron en varias oportunidades nombrarlo Gobernador de El Seibo, bajo pretexto de que pacificara la región. Evangelista no hizo caso en mucho tiempo a las proposiciones de los invasores.


Su justa desconfianza las rechazo una y otra vez. Pero los fusiles de los insurrectos se deterioraban, las capsulas se gastaba, los alimentos escaseaban y el cargo de gobernador representaba un paraíso terrenal para Vicente Evangelista.


Los gringos insistían, y en definitiva lo único que Vicente reclamaba era que lo convencieran. Pidió la presencia de uno de los jefes blancos para ver si se entendían. Un oficial yanquis desarmado penetró hasta el campamento del guerrillero dominicano.


Con una escolta de 50 de sus hombres Acorde a su palabra dada, el 6 de julio de 1917, el guerrillero Vicente Evangelista se presenta antes la Gobernación de San Pedro de Macorís acompañado de su padre, su cuñado y unos cuarenta de sus seguidores. La cita había sido organizada para dar inicio a la puesta en práctica a un acuerdo alcanzado entre él y las máximas autoridades militares de la provincia. Entre los comandantes militares se encontraban el coronel Davis y el mayor Taylor, alias Tifo -apodado así por su crueldad-, junto a otros oficiales y un pelotón de soldados norteamericanos. Inmediatamente después de los saludos protocolares, sorpresivamente todos encañonaron al guerrillero, le apresaron y amarraron con cadenas.


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El 20 de febrero de 1919, una patrulla al mando del capitán William C. Byrd, basándose en información muy fiable procedente de fuentes locales, sorprendió a un escondite de bandidos en un terreno montañoso y difícil. En el enfrentamiento subsiguiente, los marines abatieron a 12 de una banda de unos 50 bandidos y capturaron una gran cantidad de armas y municiones. (67) Con mayor frecuencia, estas expediciones de los marines solo encontraban campamentos vacíos o intercambiaban disparos con la retaguardia de las bandas que huían. La mayoría de los enfrentamientos eran iniciados por bandidos, ya sea cuando las patrullas de los marines se encontraban con posiciones de bandidos o cuando los campamentos de los marines eran objeto de ataques nocturnos relámpago.


Un ejemplo típico de docenas de encuentros con bandidos fue la acción de la patrulla montada del segundo teniente Harold N. Miller, compuesta por 19 hombres de la 44.ª Compañía, que se topó con unos 125 bandidos cerca de Hato Mayor alrededor de las 10:30 del 22 de marzo de 1919. Los bandidos acecharon a los marines en un punto donde el sendero por el que circulaba la patrulla giraba bruscamente a la izquierda para evitar un corral. Parte de la fuerza enemiga ocupaba el corral. que estaba cubierto de maleza y desde donde podían disparar directamente por el sendero hacia la columna de marines; el resto se había posicionado entre la maleza a lo largo del sendero, a la derecha de los marines. Ambos grupos abrieron fuego intenso pero mal dirigido a medida que los marines se acercaban. El teniente Miller desmontó a sus hombres, formó una línea de escaramuza y respondió al fuego con rifles y también con una ametralladora, que se concentró en el corral. La ametralladora silenció rápidamente a los fusileros del corral, y los marines se abalanzaron sobre los demás bandidos que huían, luego se detuvieron y abrieron fuego desde el otro lado de un pequeño claro. De nuevo, la ametralladora los obligó a retirarse, y el combate, que había durado unos 45 minutos, llegó a su fin. La patrulla de marines no sufrió bajas y estimó las pérdidas de bandidos en unas 15.

Cuando los bandidos atacantes tenían suficiente ventaja en número o posición, a veces se abalanzaban sobre los marines con machetes y cuchillos, iniciando breves pero feroces enfrentamientos cuerpo a cuerpo. El 13 de agosto de 1919, una patrulla de la 44.ª Compañía, compuesta por el cabo Bascome Breedon y tres soldados rasos, tuvo un encuentro similar con trágicos resultados. En el cruce de un arroyo, lo que se describió como "un grupo numeroso" de bandidos rodeó a los cuatro marines y los atacó a quemarropa con armas de fuego y cuchillos. Los marines se defendieron, matando e hiriendo a varios bandidos, pero solo un marine sobrevivió. El único superviviente, el soldado Thomas J. Rushforth, herido en ambas manos y en la cadera, logró montar a caballo, abrirse paso entre el enemigo y regresar al cercano campamento de marines en busca de refuerzos. Allí, según el informe oficial, "quiso volver a la lucha aunque ambas manos estaban inutilizadas y su caballo, silla de montar y equipo estaban literalmente manchados de sangre".

Sin embargo, acciones de esta intensidad eran poco frecuentes, y la mayoría de los intentos de embestida con machete contra los bandidos fracasaban rápidamente bajo el fuego de los fusileros de la Infantería de Marina.

Bombardeos

De Havilland DH-4B, uno de los cinco estacionados en Santo Domingo con una ametralladora Lewis calibre .30 en la montura de la bufanda, 1919. Gen Christian F. Schilt, USMC, República Dominicana foto, HIRB, MCHD





La aviación de la Infantería de Marina entró en la campaña antibandidos a principios de 1919 con la llegada del 1.er Escuadrón Aéreo, comandado por el capitán Walter E. McCaughtry, un piloto de la Infantería de Marina que había ascendido desde el rango de suboficial. Equipado con seis biplanos JN-6 (Jenny), el escuadrón inició sus operaciones desde una pista de aterrizaje excavada en la selva cerca de Consuelo, a 19 kilómetros de San Pedro de Macorís. En 1920, el escuadrón se trasladó a otra


El escuadrón fue reequipado en un campo improvisado cerca de la ciudad de Santo Domingo y equipado con DH-4B. Estos biplanos monomotor biplaza, versiones mejoradas de un bombardero diurno de la Primera Guerra Mundial de diseño británico, demostraron ser robustos, maniobrables y versátiles. Cumplieron con las exigencias de las diversas misiones del escuadrón con mayor eficacia que los JN-6. En diciembre de 1920, el escuadrón recibió un nuevo comandante: el mayor Alfred A. Cunningham, el primer infante de marina en obtener el título de piloto. Cunningham había organizado y dirigido la 1.ª Fuerza de Aviación de la Marina en Francia y llegó a la República Dominicana tras completar un período como Director de Aviación de la Marina. A finales de 1922, fue sucedido por el mayor Edwin A. Brainard, futuro Director de Aviación de la Marina, quien comandó el escuadrón durante el resto de su estancia en la República Dominicana. Bajo estos sucesivos comandantes, el escuadrón mantuvo una dotación media de unos nueve oficiales y 130 soldados y la mayor parte del tiempo mantuvo seis aviones en operación.


Ya sea volando desde la franja selvática cerca de Consuelo o desde el campo cercano a la ciudad de Santo Domingo, los pilotos del escuadrón llevaron a cabo sus misiones enfrentando grandes peligros y dificultades. El terreno montañoso de la República Dominicana, la ausencia de pistas de aterrizaje en la mayoría de las regiones y la falta de ayudas a la navegación hicieron que incluso los vuelos rutinarios fueran extremadamente peligrosos. El escuadrón también tuvo que lidiar con constantes dificultades de mantenimiento, debido en gran medida al largo plazo requerido para la entrega de repuestos y suministros desde Estados Unidos.

Las aeronaves del escuadrón ocasionalmente participaron en combate directo contra bandidos. Por ejemplo, el 22 de julio de 1919, el subteniente Manson C. Carpenter y su observador y artillero de cola, el subteniente Nathan S. Noble, volando en respuesta a un informe telefónico a la base aérea sobre una escaramuza terrestre cerca de Guaybo Dulce, atraparon a unos 30 bandidos montados que huían por una pradera abierta. Carpenter lanzó un ataque de ametrallamiento, descendiendo en picado a una altitud de 30 metros y maniobrando para apuntar con sus cañones delanteros y traseros de la cabina. Mientras Carpenter ascendía para recuperar altitud antes de iniciar una segunda pasada de ametrallamiento, los bandidos se dispersaron entre los árboles que bordeaban la pradera. En su segundo vuelo sobre la zona ahora desierta, los aviadores de la Marina contaron seis cadáveres en tierra.

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Antes de la intervención Liborio se había establecido en El Palmar.

En 1920- ocurre un combate en La peñita, él se atrincheró con más de 200 hombres en la loma Sabrosa, en el noroeste de la república, próximo a la frontera.

19 de mayo de 1922 inició el asalto al campamento de Liborio.

El 27 de julio de 1922, El lugar donde lo asesinaron a orillas del arroyo Diablo, al noreste de

San Juan, terminan los enfrentamientos con los liboristas

En el año 1921, en otoño de ese año Natera y sus hombres secuestraron al administrador del Ingenio Angelina, poniéndolo en libertad dos días después.

La noche del 27 al 28 de Septiembre de 1921, "el general" Ramón Natera incursiono en el Ingenio Angelina

Ramón Natera, después de acordar un alto al fuego con el coronel Lyman se rindió en cañada del agua, junto a cabo Gil otro líder guerrillero el día 5 de mayo de 1922.

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A mediados de 1922, en un resumen de operaciones, el comandante de la 2.ª Brigada informó que, desde 1916, la brigada había participado en 467 contactos con bandidos, en los que, según afirmaban, 1137 bandidos habían muerto o resultado heridos, lo que representaba una pérdida de 20 infantes de marina muertos y 67 heridos. (76) Sin embargo, el bandidaje continuó en 1922, como de costumbre, principalmente en el distrito oriental. En todo caso, los bandidos se habían vuelto más difíciles de acorralar, ya que después de 1921 rara vez atacaban, incluso a pequeñas patrullas de la Marina. En cambio, se concentraron en aterrorizar a los campesinos y las plantaciones azucareras.



Los oficiales de la Marina en Santo Domingo atribuyeron su falta de éxito hasta ese momento en la erradicación del bandidaje a tres problemas principales. En primer lugar, señalaron la continua dificultad para obtener información precisa y actualizada sobre los movimientos y posiciones de los bandidos. En segundo lugar, enfatizaron la falta de medios de comunicación rápidos de la brigada entre sus unidades dispersas. Hasta bien entrado 1919, por ejemplo, ninguna De las compañías que operaban contra los rebeldes contaban con radios de campaña. La tercera deficiencia que los oficiales señalaron surgió de la segunda: la ausencia de una planificación y coordinación efectivas de las patrullas de la Infantería de Marina. La mayoría de las veces, los comandantes de regimiento e incluso de compañía tenían poco conocimiento de la ubicación de sus patrullas; a veces, patrullas de dos o tres comandos podían estar operando en la misma zona, totalmente inconscientes de la presencia de los demás.

La campaña antibandidos adquirió nueva intensidad y cohesión a finales de 1921 y principios de 1922. Luego, ante la inminente retirada estadounidense de la República Dominicana, el general de brigada Harry Lee, nuevo comandante de la 2.ª Brigada, y el coronel William C. Harilee, ahora al mando del 15.º Regimiento, lanzaron una ofensiva sistemática para acabar con el bandidaje en el distrito oriental. En el 15.º Regimiento, la falta de comunicaciones de campo que había dificultado las operaciones anteriores se había solucionado a finales de 1921. Cada compañía contaba ahora con un equipo de radio en su cuartel general, además de uno o más equipos de campo portátiles. Donde no se podían utilizar las radios, los pilotos del 1.er Escuadrón Aéreo podían enviar mensajes a las unidades terrestres.


Operación fallida


Aprovechando estos recursos, el coronel Harilee, entre el 24 de octubre de 1921 y el 11 de marzo de 1922, empleó a todo el 15.º Regimiento, reforzado por unidades de la Policía Nacional Dominicana, en una serie de nueve operaciones de acordonamiento a gran escala en las provincias de Seibo y Macorís. En estas operaciones, las patrullas se desplegaban en un círculo aproximado alrededor de una zona determinada y, dirigidas por radio y mensajes aéreos, avanzaban hacia el interior, atacando a los bandidos que encontraban y deteniendo a todas las personas sospechosas (en la práctica, a todos los varones adultos) en un punto de concentración central. Allí, los detenidos eran alineados bajo luces brillantes mientras informantes nativos, ocultos en tiendas de campaña o tras lonas, identificaban a los bandidos conocidos. Estas operaciones atraparon a más de 600 sospechosos de ser bandidos. Sin embargo, el 5 de marzo de 1922, el general Lee ordenó el abandono de esta táctica. Lo hizo en parte porque se topó con la vehemente oposición de la población civil dominicana y, más aún, porque no logró atrapar a los líderes de los bandidos y a sus seguidores más acérrimos, cuyos actos de depredación, según el general Lee, aumentaron durante febrero y marzo de 1922.

Tras abandonar el sistema de acordonamiento, el general Lee y el coronel Harllee reanudaron la antigua práctica de patrullar, pero con una coordinación de esfuerzos más cuidadosa y con oficiales y suboficiales de la Infantería de Marina experimentados a cargo, quienes conocían el territorio y a los bandidos. En menos de un mes, estas patrullas tuvieron siete contactos con el enemigo, cuatro de los cuales resultaron en numerosas bajas entre los bandidos.

Entre el 19 y el 30 de abril, la guardia civil mantuvo seis contactos importantes que, en palabras de Lee, «rompieron prácticamente y condujeron a la desintegración de los grupos de bandidos. En todos estos contactos, los bandidos sufrieron graves bajas y pérdidas».

Ramón Natera cayó abatido a balazos en una disputa con un guarda campestre del Ingenio Porvenir en el mes de Noviembre de 1923.


fuentes:


marines in the dominican republic


https://www.calameo.com/read/000345214d8ef5e9255c0

enfrentamientos de soldados de arias en 1917 y 1922


https://www.usmcu.edu/Outreach/Marine-Corps-University-Press/MCH/Marine-Corps-History-Summer-2016/Rebellion-Repression-and-Reform/